VISIÓN CELESTIAL PROYECTO DE DIOS PARA LA IGLESIA
  predicas y conferencias
 
“¿POR QUÉ ENTRAN LOS DEMONIOS?”

Por el solo de hecho de ser cristiano o de ser Pastor, no somos inmunes a los ataques del enemigo, aunque digan a voz en cuello que a los cristianos no les afectan los demonios, y aunque lo diga quien lo quiera decir, esto no se cumple simplemente por decirlo.

No todo el que nace en el campo, por el solo hecho de nacer en el campo, es un buen agricultor; de la misma manera, por el simple hecho de ser cristiano no vamos a mantener lejos al enemigo, se necesita de la capacitación y el entrenamiento en este menester, de los conocimientos de las leyes  en que operan los espíritus para no violarlas, porque en el momento que se violen esas leyes, le abrimos puertas a los demonios para que nos ataquen.

Otros creen que porque son dadivosos y buenas personas, porque no le han hecho mal a nadie o porque no han peleado con ninguno, no tiene por qué ser afectado con una hechicería. Pues nada de eso le guarda de los demonios, la gente manda brujería por razones incompresibles, unas envían hechicería por envidia, otros por venganza y otros por interés personal.

Las razones básicas por las que entran los demonios son once, aquí se estudiara una por una.

  1.  ENTRAN POR EL PECADO.

“Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado.”

(Juan 8: 34)

Primero definamos lo que es pecado, porque hay iglesias que permiten que sus miembros practiquen algunas cosas que según el Pastor no es pecado, pero que a la luz de las Escrituras sí lo son. También algunos creyentes han creado su propio código ético, para justificar sus malas acciones.

Toda transgresión de la palabra es pecado (1 Juan 3: 4). Cuando uno de los mandamientos de la Escrituras es violado, se incurre en terreno peligroso, lo único que nos mantiene inmune a los ataques del enemigo, es la obediencia estricta a los mandamientos divinos.

La palabra es el compendio que contiene las leyes que rigen no solamente a la humanidad, sino también al mundo espiritual. Satanás no tiene un manual propio para operar en este mundo, el se rige por la Palabra al igual que los creyentes. Existe la biblia negra, y muchos otros libros de ocultismo, pero todos están regidos por las Escrituras. Los creyentes la leen de forma positiva, pero el enemigo la utiliza de forma negativa, de tal modo que el creyente rompa las leyes divinas y pierda sus muros de protección.

Un ejemplo de esto es Acán, el cual desobedeció una orden divina de no tomar para sí nada del anatema, producto de la destrucción de Jericó, y lo enterró debajo de su tienda. Esto quitó la protección divina no solamente de su familia, sino también de todo el campamento de Israel, el cual experimentó una de las derrotas más humillantes que hubiesen podido tener, por parte de la cuidad de Hai, un pueblo muy pequeño con relación a Israel (Jos. Cap: 7 y 8

Otro ejemplo palpable de desobediencia lo protagonizó el profeta Jonás, al cual Dios le dijo que se fuera para Nínive y él se fue para Tarsis, esto trajo una tormenta fuerte que casi destruye el barco en que viajaban. En ambos casos, después que eliminaron al desobediente, la protección divina volvió.

Después que Saúl desobedeció, la presencia del Espíritu Santo se fue de su vida, y luego los demonios invadieron su ser. Por eso el profeta Samuel afirma que para Dios la desobediencia y la rebeldía son como el pecado de adivinación y como la hechicería (1 Samuel 15: 23 -24).

Con todo esto se concluye, que ninguno de nosotros puede violar uno de los mandamientos de la Palabra, porque quedaremos expuestos a los ataques del reino de las tinieblas. El vivir la palabra cierra toda puerta a los demonios.

 

 


2. ENTRAN POR LA FORNICACIÓN.

“Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; más el que fornica, contra su propio cuerpo peca”.

(1° Corintios 6: 18)


Se llama fornicación a toda práctica de sexo ilícito. Tener sexo sin estar casado, sexo fuera del matrimonio, unión de parejas del mismo sexo, la prostitución, sexo con animales y la pornografía en todas sus formas. La fornicación  abre puertas a los demonios, porque destruye la santidad. Cualquier otro pecado está fuera del cuerpo, pero este es contra el propio cuerpo, contaminándolo totalmente.

El pueblo de Israel estaba en obediencia y en santidad, por esa razón los siete ataques de brujería que Balac y Baalam le enviaron, no tuvieron efecto (Números 23: 20-23), había un cerco de protección muy fuerte de parte de Dios, gracias a la santidad que había en ellos. El brujo Baalam se dio cuenta que mientras Israel conserva su santidad, era imposible derrotarlos y le dio un consejo diabólico a Balac si quería ganar la batalla contra Israel: “Hazlos que forniquen y perderán su protección”   (Apocalipsis 2: 14), consejo que Balac siguió al pie de la letra, preparó mujeres atractivas que sedujeran a los Israelitas hasta hacerlos caer. El pueblo de Israel fornicó y murieron en aquel día veinticuatro mil,  mortandad que jamás se había visto en todas la batallas que habían enfrentado (Números 25:1-9). La mortandad cesó cuando Finees, hijo del sacerdote Eleazar, mató a la última pareja de fornicarios que quedaba y maldición cesó (Números 25:7-8).

Otra de las derrotas descomunales que padeció Israel, fue en el tiempo del sacerdote Elí (1° Samuel 4). Elí permitía que sus dos hijos, Ofní y Finees, sacerdotes también, fornicaran con las mujeres que llegaban a la casa de Dios. En ese tiempo los filisteos le presentaron batalla a Israel, el pueblo de Dios fue derrotado y el Arca del pacto fue llevado a tierra filistea. En esa batalla murieron treinta mil hombres de Israel, Elí, sus dos hijos y su nuera, la cual estaba preñada y antes de morir, el niño se le salió sin ella darse por entendida (1° Samuel 5: 15-20)

La destrucción como castigo por el pecado.

Cuando hay fornicación en los ministros del altar, no hay poder ni autoridad para derrotar al enemigo, la invasión de espíritus es evidente. Cuando hay fornicación la muerte espiritual llega lentamente y el niño precioso que se estaba formando en nuestro interior, -Jesús- sale sin que la persona se de cuenta. La gloria de Dios es traspasada.

Las derrotas y mortandades más estrepitosas que sufrió Israel, no fue porque se enfrentaron con ejércitos más poderosos que ellos, sino por causa de la fornicación. Mientras estemos en santidad, no hay espíritus grandes ni pequeños que nos puedan hacer frentes.

¡Límpiese de iniquidad, todo aquel que invoca el nombre del Señor!

Amado hermano, es necesario apartarse de toda relación ilícita, para ser un instrumento de destrucción para el reino de las tinieblas. Purifíquese, santifíquese mucha gente lo necesita, el mismo Dios lo necesita. Consérvese puro. Que cuando se enfrente a un demonio, los espíritus digan: “¿Has venido para destruirme? se quién eres, el santo de Dios” (Marcos 1: 24).

3. ENTRAN POR GUARDAR RESENTIMIENTO.

“Airaos pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo” (Efesios 4: 26-27)

Resentimiento es guardar el enojo producido por una ofensa, por más de un día, cuando se hace esto, se le abre la puerta al diablo (Efesios 4: 26-27). El resentimiento contamina las emociones; por eso, por encima de toda cosa de valor que guardamos celosamente, lo que más debemos guardar es el corazón, porque de él depende el estado de ánimo. En pocas palabras, la vida (Proverbios 4: 23).

Cuando se le da entrada al resentimiento, hay una invasión de una gran cantidad  de contaminaciones espirituales, como la ira, la amargura, la venganza, el rechazo, la tristeza, la depresión, el no perdón, la decepción, el abandono y hasta el suicidio. Casos se han visto de personas que han asesinado a otras o en el peor de los casos, se han suicidado por causas de un resentimiento.

Cuando una persona es herida por alguien, ya sea de hecho o de palabra, debe perdonar a esa persona para que el resentimiento y sus allegados no invadan el corazón.

¿Cómo se debe perdonar a alguien que nos ha herido?

 En ocasiones la persona trata de perdonar pero no puede, ha hecho todos los ejercicios recomendados pero no tienen éxito en su cometido. Pues lo recomendable es practicar las dos maneras de perdonar que Cristo no enseñara en la Palabra; la justificación y el endoso de la venganza.

Jesucristo cuando estaba en la cruz, para poder perdonar a todos los que le habían herido, dijo: “Padre, perdónalos, porque ellos… No saben lo que hacen”. (Lucas 23:34). Esto es perdonar por justificación, ese “porque ellos…” son las razones que usted da, para justificar esa mala acción que realizaron en contra su vida. Cuando se es ofendido por alguien, para que el resentimiento no invada el corazón y pueda perdonar realmente, se debe expresar lo siguiente: “Ella hizo eso contra mí, porque ella… Nunca estudió, ella nunca recibió cariño” o “Yo lo perdono porque… El es un buen hombre, solo que cuando se embriaga se descontrola”, etc. Esto es perdonar por justificación.

Dice el apóstol Pedro: “Jesús cuando le maldecían, El no respondía con maldición; sino que encomendaba (endosaba) todo al que juzga fielmente, a Dios” 1ª de Pedro 2:23. Esto es perdonar por endoso a Dios. Todo el que es herido, desea vengarse; perdonar es dejar esa venganza a Dios, que Él dé el pago de todo lo que esa persona nos hizo a su manera y en el tiempo de él y no en el nuestro. Perdonando de esta forma, obtendremos paz en nuestro interior y la amargura se apartara de nuestras vidas.

 


4. ENTRAN CUANDO SE REALIZA PACTOS CON LOS DEMONIOS.

“Sacrificaron a los demonios, y no a Dios; a dioses que no habían conocido, 
a nuevos dioses venidos de cerca, Que no habían temido vuestros padres”.
Deuteronomio 32:17

Los pactos son alianzas o convenios que las personas hacen con los espíritus (santos), en los cuales se comprometen en algo para que ese espíritu les conceda un favor, ya sea una sanidad, dinero o conocimiento en el mundo espiritual. Dentro de estos pactos se encuentran las conocidas “mandas” que en la cultura nuestra, es el compromiso que hace una persona con un mal llamado santo, ya sea de vestirse cada año con los atuendo del santo, recorrer toda la procesión o de realizar algún suplicio que denote sacrificio. También dentro de esos pactos están las consagraciones a algún santo que hacen las familias, por el compromiso de fe y devoción, tanto que a veces les colocan el nombre del santo a los hijos. Llega un momento en que el espíritu se manifiesta a las personas para reclamar adoración.

Todo esto trae consecuencias funestas. Existen pactos voluntarios e involuntarios. Los pactos voluntarios son aquellos en que las personas participan de manera directa y los involuntarios son aquellos en los que las personas no sabía que todo eso existía, a veces vienen de una o dos generaciones anteriores.

5. ENTRAN CUANDO SE TIENE CONTACTO CON LO OCULTO.

No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechiceros, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas”. (Deuteronomio 18: 10-12) 

En las Escrituras está muy claro el veto a los agoreros, adivinos y hechiceros dentro del pueblo del Señor, pero también hay condenación para todo aquel que los consulte. A las casas no se pueden llevar cosas consagradas a los demonios como imágenes, aguas para lavar la casa, aseguranzas, menjunjes y cosas por el estilo. Deuteronomio 7: 25-26

Todo aquel que practique ocultismo queda contaminado. La lectura del tabaco, lectura de horóscopo, practicas con tabla ouija, lecturas de las cartas, de la mano o del café; los baños, riegos, aseguranzas y bebedizos; la consulta a espiritistas, brujos, médium o el prestar el cuerpo como materia para que los espíritus bajen. Todo esto hace parte del ocultismo, practicarlo es violar las leyes divinas y exponerse a que los demonios invadan su ser (Levítico 20:6).


6. ENTRAN CUANDO DE ADORAN MUERTOS.

“Y el hombre o la mujer que evocare espíritus de muertos… ha de morir; serán apedreados; su sangre será sobre ellos”. (Levítico 20:27)

La adoración a los muertos es una práctica milenaria que realizaban los cananeos, cuando el pueblo de Israel llegó a esas tierras, lo primero que les advierte el Señor es que nadie se rape por muerto o que los consulte.

En este tiempo está la adoración a las ánimas los días lunes de cada semana, que no son más que espíritus de los muertos. También los que veneran muertos, colocando la foto del difunto en un lugar muy especial de la casa, rodeado de flores o bombillos. Otros visitan las tumbas para hablar con los muertos o pedirles favores. En fin, todo esto hace parte de los ritos de los difuntos, lo cual trae contaminaciones espirituales.

7. ENTRAN CUANDO ENVÍAN HECHICERÍAS.

Las brujerías son diseñadas de tal manera que puedan perturbar la vida de las personas, algunos no creen que la brujería exista o que les pueda afectar, pero de todos modos se ven las consecuencias de ella.

Cuando una hechicería está haciendo efecto en alguien, se presentan algunos síntomas en la parte física y en la parte cognoscitiva, es cuestión de revisar y si hay alguna influencia, con una liberación se arregla todo.

A veces observamos que nuestra vida económica no avanza por más que luchamos, también es posible que esté atravesando problemas incompresibles de salud o su hogar este pasando por una crisis que no entendemos. Todas estas cosas son trabajadas por medio de conjuros y hechizos.


8. ENTRAN CUANDO NO TENEMOS UNA VOLUNTAD FUERTE.

Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe”. (1ª De Pedro 5: 8-9)

La voluntad es la válvula de entrada a nuestro ser, por medio de ella rechazamos o dejamos seguir a nuestro interior las influencias espirituales. Una voluntad fuerte es un obstáculo muy difícil de sobrepasar para todo aquel que quiera dominar nuestro ser. Los que practican la hipnosis como método terapéutico, enseñan que para poder tomar el dominio mental de alguien, es necesario que la persona coloque la mente en blanco, aflojando su voluntad, toman control de todas sus facultades. De igual forma son los demonios, ellos comienzan dando sugerencias a nuestros pensamientos, si esas ideas no son rechazadas con firmeza, los demonios terminan haciendo todo lo que quieran con nosotros. Así inducen al suicidio, al homicidio, a la fornicación y demás.

 

 


9. ENTRAN CUANDO SE PROFETIZA UN ATAQUE.

Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho”. (Marcos 11: 23)

Todo cristiano tiene en su interior el Espíritu del Dios creador del cielo y de la tierra, de aquel que con solo decir: “Sea la luz” la luz se hacía, de aquel que le dijo a la higuera: “Sécate” y la higuera se seco. Debido a esto, las palabras que salen de la boca del creyente tienen un valor profético impresionante; Jesús dice: “todo lo que digamos con fe sucederá” (Marcos 11: 23)

Cuando usted dice “Me echaron brujería”, “se me metió un demonio”, “estoy enfermo porque al lado vive una bruja”, etc. Usted está profetizando lo que viene, por medio de esas afirmaciones, se está declarando la palabra por fe. Eso que estamos afirmando, sucederá. ¿Por qué? Porque fe es la certeza de lo que se espera y si usted espera eso, entonces eso le vendrá.


10. ENTRAN POR EL TEMOR.

“Porque el temor que me espantaba me ha venido, y me ha acontecido lo que yo temía”. (Job 3: 25)

El miedo se define como la exaltación del poder destructor del enemigo y la ausencia de la presencia y poder de Dios. Todo aquel que tiene miedo está seguro de la presencia del enemigo, convencido que le hará daño. El que teme está convencido que Dios no lo puede defender, que no hay escudos de defensa en su vida que lo puedan proteger.

Recuerde que fe es la convicción de lo que no se ve, si la persona está convencida de todas esas cosas, así será. Moisés por fe se le enfrentó al enemigo sin temer a su poder ni a su ira, porque se sostenía como viendo al invisible (Hebreos 11). Cuando se cree que ese Dios invisible es real, que esos ángeles que no se ven, son reales y están a su alrededor y lo defienden, entonces el miedo y el enemigo se ira de inmediato.


11. LOS DEMONIOS ENTRAN POR EL AFAN Y LA ANSIEDAD.

“No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas”. (Mateo 6: 31-32)

El afán, la agonía, el estrés, el desespero, son los síntomas de las personas que confían en lo material, en los hombres y en sí mismos, pero no en Dios. Todo aquel que se afana le abre puertas al enemigo, causándole un sin números de enfermedades. Le cae insomnio, los nervios se le alteran, la presión arterial se le descontrola, la azúcar se le sube, etc. Pablo dice que aquel que descansa en el Señor, colocando todos sus problemas en su manos, tienen una paz inmensa. (Filipenses 4: 6-7) “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”.


 

 

 

 
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